
La causa dese dolor debe ser, sin duda –dijo don Quijote-, que como era el palo con que te dieron largo y tendido, te cogió todas las espaldas, donde entran todas esas partes que te duelen; y si más te cogiera, más te doliera.
Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote II, cap. 28
1615
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