Ángeles caídos



borracho de alcohol

y desesperación

Dylan con sus aullidos estremece la noche

Vallejo tose en un conventillo parisino

la noche se extiende en los hemisferios

en México Lowry

oculta sus visiones zoológicas

en las abrasivas lenguas del mezcal

viajando sobre el chirrido de un tren de carga

Kerouac canta ronco vómito tras vómito

las bondades del agrio vino californiano

Bukowski resbala y cae

en la noche brillante del Sunset Boulevard

en la trastienda de una farmacia de turno

Carver abre una botella de licor clandestino

mientras una vieja con un perrito ridículo

espera el preparado

que tranquilizará sus tormentas



Esteban Moore, Ángeles Caídos (Fragmento)

1994


1 comentario:

Facundo Giménez dijo...

mucho, pero mucho, me gusta el principio de este largo poema. Es dificil escribir sobre esta gente sin hacer un rosario de nombres propios. El tono es alucinante y persiste en todo el poema, sin fisuras.