Un Rashomon santafesino


-¿Cuándo decís la gran novela filosófica pensás en algún antecedente argentino?


–No, creo que acá no hay antecedentes de novelas filosóficas. De Respiración artificial se dijo mucho que es una novela filosófica, pero no lo es, es una novela sobre crítica literaria, sobre teoría crítica. Después no, no hay. Qué sé yo, La cátedra de Nicolás Casullo. Después se podrá decir que ciertas novelas tienen ciertos contenidos filosóficos. Me acuerdo de un artículo de Guillermo Saavedra sobre César Aira, donde decía: “la densidad filosófica de las novela de Aira”. Me acuerdo de memoria esta frase, que me sorprendió, no digo nada, me sorprendió. Y sin duda alguna, muchos deben estar segurísimos que las novelas de Saer son filosóficas, estoy seguro.


-¿Y tienen razón?


–No sé, son aburridas. Son como muy objetivistas. A mí nunca me pasó gran cosa salvo con Glosa, que quizá sea una novela sobre las distintas postulaciones de la realidad, pero es la versión literaria de la película japonesa Rashomon. Un Rashomon santafesino.



José Pablo Feinmann

en entrevista con Gabriel Lerman


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