Casi suficiente


A algunos les han quitado las ganas de hablar,

pasan mudos por el amor, aman perros vagabundos

y tienen una piel tan sensible

que nuestros pequeños saludos cotidianos

pueden producirles heridas casi de muerte.

Nosotros, seres amables e inofensivos,

miramos los gatos enfermos, las mujeres con collares

que pasan por la calle

y sentimos un desamor agradable,

casi suficiente.



Juana Bignozzi, La vida plena

de Mujer de cierto orden, 1967



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