Olvido y resurrección



Comparo esta tormenta con

la que caía encajonada en San Lorenzo: me mojo

con ambas y así voy entrando en este juego

de olvido y resurrección: pero la memoria

no elige tanto como parece: me elige siempre

a mí: soy el que

se moja con las dos tormentas,

el que olfatea

y ahí empieza el verano,

el que tampoco elige su mojazón, el que oye

la copla:

que llueva sobre mí

agüita en el peladar,

y el que contesta con los pulmones llenos

de una gran confianza.

Que llueva sobre mí: de dos tormentas haremos el eje

y también la periferia.



Santiago Sylvester, Balcón hacia un centro de manzana

de Calles, 2004


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