
-Decime, Alfredo… ¿A vos te excita la muerte? A mí me calienta. Me calienta muchísimo. A mí me calienta la Revolución. Nunca podría acostarme con un bancario o con un burócrata sindical. Yo soy una hembra, compañero… Y estoy caliente con vos-
-¿Me estás hablando en serio?
-Claro. ¿O tenés alguna duda? Estoy yendo bien de frente, compañero.
-Pero yo no sé si es un tema para hablar ahora…
-¿Por qué no?
-¡Porque se acaba de morir mi viejo!
-¿Y? Cojamos sobre las tumbas de nuestros antecesores para que nazca la semilla del futuro.
Daniel Guebel, La vida por Perón
(2004)
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