Planes para un futuro


Pensó en sus primeros amigos, Veneno, el Bolsa, Patricia, en las noches que pasaban leyendo poesía, tomando cerveza negra y haciendo planes para un futuro que finalmente fue distinto, peor que todo lo que hubieran podido imaginar en medio de la más brava de las borracheras. Pensó en la llamada telefónica del primo del ahijado de un vecino, que le había conseguido un puesto en la biblioteca, lo único que tenés que hacer es ir todos los días, le dijo. Y él empezó a ir todos los días, alquiló el departamento en la ciudad, y ahora tiene la sensación de que nunca podrá dejar ese trabajo, ese departamento, esa ciudad.




Ariel Bermani, Leer y escribir

(2006)


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