Puede haber plomeros malditos
albañiles malditos también.
O sea, todos.
Pero “ellos’’ quieren serlo.
Creen que si lo son
el poema tendrá cierta secreta
belleza.
El poema no tiene nada
y está abierto a todo.
Es el reparto de los panes y los peces
sin milagros.
No te calientes
en ser de ningún modo.
Eduardo D’Anna, Me dan risa
de Obra siguiente, 1999
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