Son absurdas



Las ciudades son absurdas
hasta que alcanzan
la playa del hábito y del amor.

Imponen un tiempo
y una mirada
que no eran tuyas.
He leído que algo parecido
sucede con unos peces
de las profundidades:

Se hunden en la noche del agua
sintiendo la cercanía
de la hembra desconocida.

Y bajo sixtinas de coral
encuentran y descubren
el corazón del instinto.

Basta eso para aplastarse
contra la piel de una vecina
y así, desaparecer día tras día,

hasta que, en la unidad deforme,
pierden los propios ojos
y hasta el primitivo cerebro.

El amor que miente su razón
con tanta entrega, nos abandona
a una práctica insípida:

saludarnos diariamente,
hablar de las mismas cosas
y aplastarnos…



Osvaldo Picardo
del libro Mar del Plata, 2005

3 comentarios:

joaquín c. dijo...

qué grande Osvaldo,

el otro día me hablaba de vos Estebán.
un abrazo y qué bueno leer de nuevo 511.

Quinientos Once dijo...

estaba viendo unas fotos de la cumbre de las américas (la del post es una de ellas) y me acordé de esa primera estrofa, que es rotunda.

Ahora me da intriga, quiero saber qué te dijo...

Esperemos que me aguanten las ganas de revivir el blog

Un abrazo

Anónimo dijo...

porque no le dicen a Osvaldo Picardo que vaya al baño, niños illia