Si bubiera sido un nazi de verdad habría preferido a Jung, nicht wahr? Pero elegí a Freud el judío. En la concepción freudiana del mundo no existía Buchenwald. Buchenwald, según Freud, al hacerse la luz, se transformaba en un campo de fútbol, en niños regordetes y coloradotes que aprendían artes florales y solfeo en las cámaras de exterminio. Los hornos crematorios de Auschwitz se convertían en pastas de té y tartas nupciales, y las V-2 en pensiones para enanos. Traté de creérmelo todo. Dormía tres horas diarias procurando no soñar y las veintiuna restantes las pasaba obligándome a comulgar con ruedas de molino. Pero no ha bastado con esta penitencia. A pesar de todo lo que he hecho, ahora vienen ésos para llevarme, igual que ángeles exterminadores.
Thomas Pynchon (fragmento)
de La subasta del lote 49, 1965
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